Me gustan mucho las galletas de speculoos. Me recuerdan a Alemania, al frío, a la Navidad, a la nieve, a los mercados callejeros, al vino caliente, a los viajes...y me gusta! Hace tiempo que quería probar a hacer algunos bombones rellenos...
Para aquellos que no las conozcan, los Speculoos son unas galletas de origen belga, tradicionales del periodo de Adviento y Navidad, pero que se consumen durante todo el año, además de en Bélgica, en Alemania, Holanda y el norte de Francia. Son galletas de mantequilla, canela y jengibre, con un sabor característico, que se suelen utilizar para acompañar el café o el vino caliente, en los momentos más fríos.
Era mi segundo intento. Hubo un primer intento en el que intenté "camuflar" en mi equipaje de mano un tarro de pasta de speculoos desde Amsterdam. Pero no coló. La tipa del control de seguridad del aeropuerto me dijo algo del estilo: "Madame, liquid more 100ml... no possible". No sirvió de nada tratar de explicarle que no era un líquido, que era una pasta...no way. Así que en una segunda ocasión, esta vez en Bruselas, tuve que optar por comprar la pasta directamente en el Duty Free, pagarla a precio de sangre de unicornio (como todo en el duty free) y traérmela por la vía legal.
Para aquellos que no las conozcan, los Speculoos son unas galletas de origen belga, tradicionales del periodo de Adviento y Navidad, pero que se consumen durante todo el año, además de en Bélgica, en Alemania, Holanda y el norte de Francia. Son galletas de mantequilla, canela y jengibre, con un sabor característico, que se suelen utilizar para acompañar el café o el vino caliente, en los momentos más fríos.
Era mi segundo intento. Hubo un primer intento en el que intenté "camuflar" en mi equipaje de mano un tarro de pasta de speculoos desde Amsterdam. Pero no coló. La tipa del control de seguridad del aeropuerto me dijo algo del estilo: "Madame, liquid more 100ml... no possible". No sirvió de nada tratar de explicarle que no era un líquido, que era una pasta...no way. Así que en una segunda ocasión, esta vez en Bruselas, tuve que optar por comprar la pasta directamente en el Duty Free, pagarla a precio de sangre de unicornio (como todo en el duty free) y traérmela por la vía legal.
Y una vez con ella en casa, preparamos unos bombones de chocolate negro rellenos. La combinación del chocolate amargo (70%) y el sabor característico del jengibre y la canela es perfecta. Ricos, ricos.
Y para ello estrenamos un molde bomboneril que me habían traido los reyes y que es perfecto para la hora del té...taaaan moooono :-))
Por este orden:1-Tamara no trafiques,mira que te lo tengo dicho 2-Quiero estos moldes taaaan monos 3-Porque no hemos catado estos bombones???
ResponderEliminarMe encantó lo de la sangre de unicornio...todo sea por tener un resultado tan genial,como siempre!ahora solo nos queda catar los speculoos n l desayuno...estás tardando....;-)
ResponderEliminarCris O.
A mi también me gustan y me recuerdana mi época Holandesa y al entrañable Sinter Klaus. Me vas a dejar probar una ? mmmmmmmm
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