Un buen pastelero que se precie (que se lo digan al Sr. Rovira) debe tener en su repertorio esta pequeña delicatessen: cortezas de naranja confitada con chocolate negro.
Que cosas, que yo pensé que sería más fácil...y es de lo más complicado que hemos hecho hasta ahora: Dos hervores para quitarle el amargor a la cáscara de naranja, tres confitados sucesivos en almíbar con su posterior enfriamiento, antes de dejarlas reposar durante toda la noche y finalmente bañarlas en chocolate negro al 70 %.
El resultado: un pequeño manjar para sibaritas! El toque dulce para después del postre :-))
Hola chicos! Por fin he podido ver vuestro blog...está muy chulo!
ResponderEliminarLo iremos consultando para ver vuestros progresos y hacernos la boca agua...
Ah! Muuuchaaaaas gracias por el surtido!!! Está todo buenísimo. Cada noche, después de la cena, cae alguno, aunque ya quedan poquitos. Ahora toca dieta post-navidad.
Y he de decir que las naranjas confitadas son mis preferidas, están increíbles.
Besos!